El mito de Fausto ha suscitado múltiples meditaciones sobre la condición humana. En la reflexión de Eugenio Trías, Fausto simboliza el inicio de un largo viaje donde se trenzan la filosofía, la literatura, la música y el sentido vital de la aventura del conocimiento. Este signo, definitorio del trabajo de Trías, surge en La memoria perdida de las cosas merced a un planteamiento de acción que pretende abrirse paso entre las tinieblas de la duda y alcanza una evidencia crucial en nuestro tiempo: el ser humano ha de asumir la ruina de la memoria y de la experiencia en su empeño por habitar el mundo. En este interminable desplazarse desde la insatisfacción a la verdad, Rilke, Goethe, Hegel, Nietzsche, Freud, Baudelaire, Benjamin y Proust encarnan sucesivas etapas que enriquecen la lucidez crítica de Trías, al precisar -entre la desesperanza, el mal, la renuncia, el poder y la ilusión- algunos de los conflictos de una réplica moral que apuesta por el presente.
Edición de 1988
Editorial: Mondadori